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LA PLANDEMIA Y “LAS ASAMBLEAS DEL PUEBLO” (3)

Martes 21 de septiembre de 2021, por PROLETARIOS INTERNACIONALISTAS

Por PROLETARIOS INTERNACIONALISTAS [1]

La mentira histórica de las pandemias

En la nota “la Batalla Final”, Asambleas, nos sorprende enormemente, con esta afirmación: “La gripe española… azotóal mundo desde 1918 hasta 1920 y ocasionó más de 50 millones de muertes, aunque varios investigadores estiran la cifra de víctimas a los 80 millones, casi el 5 % de la población mundial de aquella época (1.800 millones)” [2]

Esta es la posición oficialista, burguesa y pseudocientífica, construida a posteriori por los mismos que montaron la plandemia actual. Dicha versión, forma parte del invento PLANdémico en general, que consiste en leer la historia en función de la “nueva medicina” pasteuriana, que la Rockefeller Fondation impuso (en Estados Unidos y luego en el mundo entero) como “explicación” pseudocientífica.

La construcción ideológica consistente en afirmar que el origen de los grandes genocidios y/o muertes masivas de las poblaciones (con la excepción, claro está del único genocidio que la fundación promueve: el judío) se deben a enfermedades, y estas, a microorganismos que se contagian, y no a la masacre, a la explotación y la opresión, no es una explicación histórica. No es más que una mentira construida por la clase dominante, para disimular, camuflar, distorsionar los rasgos más inhumanos de la esclavitud y opresión de los seres humanos a través de la historia.

No podemos aquí, describir el conjunto de dogmas y mitos judeocristianos, nunca demostrados, que dicha construcción ideológica burguesa contiene, solo queremos subrayar que esa concepción significó la mayor falsificación efectuada en toda la historia de la humanidad. Ahí adonde, a todas vistas había habido destrucción de la comunidad humana, esclavitud, matanza, tortura, miembros cortados, violencia infinita contra la vida,…, decir que la enfermedad y muertes masivas es producto de la “falta de inmunidad” y del contagio bacteriano/o viral, no solo es una superstición absurda, sino un alibi criminal para esconder la historia misma de la sociedad de clases como sociedad explotadora y opresora.

Esclavistas y opresores, cazadores y traficantes de esclavos, aristócratas y financistas, conquistadores y colonizadores de todas las épocas, “no entendían” que la gente muriera por la destrucción de la comunidad y de la vida anterior, que los esclavos y/o proletarios se enfermaran, reventaran y murieran porque se les arrancaba la libertad, se destruía su relación con los otros y se los privara de su relación directa con la tierra, el aire y todos sus medios naturales de vida.

Por supuesto que no es casualidad, que los covidistas de hoy, hagan exactamente lo mismo “olvidándose” de que lo que enferma es, esa misma destrucción de la “vida común”, del compartir, de toda forma de vida comunitaria que es la esencia de lo humano.

Para los opresores nunca fueron válidas las razones descritas por las víctimas de la esclavitud y explotación, para enfermarse e ir muriendo de a poco (¡o de golpe!): “tenía 7 años cuando me arrancaron de mis hermanas y hermanos y me encerraron solo en un sótano asqueroso”; “nos desarraigaron de la selva y los ríos que nos daban de todo para vivir, y vi morir a todos los nuestros, hambreados por esos venenos que nos daban y que llamaba ‘comida’”; “me tiraron en un calabozo inundable a voluntad y cuando gritaba, me castigaban, ,me golpeaban y hacían subir el agua”, “violaron a nuestras hijas e hijos sometiéndolos a la esclavitud sexual más abyecta, desde ese momento sentimos dolores en todo el cuerpo”, “cuando nos cazaron, nos sometieron y nos marcaron en el rostro el nombre del esclavista muchos no querían vivir más y se dejaban morir….”

Durante siglos y siglos, el tráfico de la mercancía humana fue el negocio más rentable de la aristocracia y del capital usurario y comercial. Fue la clave de la subsunción de toda la humanidad al capitalismo mundial [3]

Nada más normal entonces, que siempre se hayan quejado de lo poco que duraban los negros/blancos/mestizos/eslavos[4]…sometidos al tráfico, al transporte, al trabajo…Ellos no podían ser responsables de la baja rentabilidad que tenían los esclavos a quienes sumergían en la mierda o mataban a palos. El transportista siempre se limpiaba de su responsabilidad en el crimen, imputándolo a los defectos propios de la mercancía transportada. La historia de las compañías de seguros, fundamental en la trata de esclavos (o en general de proletarios migrantes) está llena de conflictos de esta naturaleza, sobre si el responsable es el traficante criminal o un defecto de la misma mercancía humana, que, por diabólicos motivos, expiraba.

Nunca se aceptaba la explicación de la muerte en base a la destrucción del mismo ser humano por el encierro, el agua pútrida, el encadenamiento, la máscara de sujeción, la tortura, la asquerosa comida de preso…La “enfermedad” y la muerte de quienes en realidad estaban “enfermos” de esclavitud, opresión, explotación se “explicaba” por motivos supersticiosos como la “influencia del demonio en las personas”. El diablo “poseía a la persona” y esta a su vez era peligrosa porque actuaba como agente del diablo poseyendo a otras, origen de lo que fue la teoría moderna del “contagio”.

En vez de la explicación natural y humana, la ideología y religión de la clase dominante, fue construyendo la justificación ideológica que poco a poco entronará con el nombre de “ciencia” y/o “medicina”. Ocultando que los explotados y oprimidos se iban secando en vida por la misma destrucción de lo más humano de lo humano: la comunidad (la vida como y entre humanos) y su relación directa con la tierra (el agua, el aire…los frutos, la fauna.), la clase dominante construirá la nueva religión que descubrirá que los seres que no se ven y vienen del diablo son los “microorganismo contagiosos y malignos”

Más, cuando los esclavos morían como ratas (¡y junto a las ratas!), en las inmundas carabelas , los cadalsos y los calabozos, adonde se respira, se toma y se come solo elementos pútridos, los esclavistas explicaban las enfermedades por la debilidad y carencia de ‘defensas’ de los esclavos, porque estos eran criaturas del “diablo” y como tales no estaban “inmunizados”.

La palabra inmunología utilizada para la salud, no parte únicamente de una concepción militarista y belicista de la mismísima “salud”, que imaginan al “humano” como criatura de dios, separado del mundo animal y vegetal y como tal, en guerra con la naturaleza: atacado en permanencia por todo tipo de bichos grandes, chicos y sobretodo diminutos.

Dicha concepción es, además una visión derivada de las doctrinas militares y religiosas de los imperios, que perfeccionarán Pasteur, Koch, los Rothschild, los Rockefeller y serán decisivas en la colonización del imperialismo francés, inglés y yanqui.

Además su significación antigua es clasista, elitista e impositiva y hace referencia exclusivamente a quienes estaban exonerados de impuestos, servicios públicos y castigos, es decir a la aristocracia dineraria y sus agentes: “La palabra inmune proviene del latín immunis formada del prefijo de negación im- y munis (de munus= cargo o servicio público), es decir “sin hacer servicio…[Antes del ] SIGLO XIV, inmune sólo se refería a la excepción de servicios públicos: impuestos, servicio militar, castigos… “Ver por ejemplo

http://etimologias.dechile.net/?inmune o https://biologiajt803.blogspot.com/2015/09/inmunizacion.html

Justamente, no debiéramos olvidar que fue esa concepción elitista, racista y militarista que refiere a los que estaban exentos de pagar impuestos y realizar servicios para los poderosos (¡precisamente porque eran ellos “los poderosos”!) que la medicina oficial (¡como religión y ciencia elitista, clasista y racista!) adoptará el vocablo. “Inmunes” designa a quienes están exentos de pagar impuestos, sufrir ciertos problemas o padecimientos, en contraposición a los que no tienen inmunologías, por no ser seres elegidos de dios, como los explotados, negros, indios, mestizos…, que, consecuentemente con esa concepción, serán los que se enferman y mueren de cualquier pavada.

Dicha concepción no solo está totalmente vigente hoy, sino que se lee la historia a partir de la misma: “Pueblos indígenas: los más vulnerables frente al avance del coronavirus en América Latina”: “La situación de los pueblos indígenas es de extrema vulnerabilidad. Huertas menciona que en las comunidades indígenas la prevalencia de enfermedades como la hepatitis B, la tuberculosis, la malaria o el dengue es alta. “¿Cómo afrontarán el COVID-19? Además, las altas tasas de anemia afectan su sistema inmunológico y los dejan sumamente expuestos a las enfermedades”. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más del 50 % de los indígenas mayores de 35 años padece diabetes tipo 2. Además, los pueblos indígenas experimentan altos niveles de mortalidad materna e infantil, desnutrición, afecciones cardiovasculares, VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas —como el paludismo y la tuberculosis—, se menciona en la página web del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas” [ 5]

Detrás de la “vulnerabilidad de los indígenas” se oculta el racismo, detrás de cada descripción pseudocientífica “objetiva” como la “desnutrición” el sistema social y político que los hambrea. Detrás de la “falta de higiene” se esconde la explotación y la destrucción del hábitat tradicional por parte del capitalismo.

Detrás de la diabetes tipo 2 como objetividad, se encuentra el genocidio generalizado de un sistema que separa al ser humano de la tierra y sus alimentos y le impone una alimentación desnutritiva y venenosa, llena de tóxicos industriales y determinada por los intereses de la industria azucarera mundial que por ejemplo construyeron la FABULOSA MENTIRA DEL COLESTEROL.

Detrás de las supuestas enfermedades virales como el Sida, el envenenamiento del medio ambiente y la destrucción sistemática y medicamentosa del sistema “inmunológico” natural del ser humano.

En fin, detrás del conjunto indeterminado de todas las otras enfermedades que la ONU y la OMS establecen (paludismo, tuberculosis, dengue, cólera…) se esconde toda la explotación y opresión histórica de la humanidad: la privación violenta de la tierra adonde vivían, el desplazamiento forzado de población (la mayoría de las veces, en toda la historia de la humanidad provocadas por fugas), la contaminación con agrotóxicos de todas las fuentes naturales de alimentación…; y para concluir, con el PLAN MACABRO DEL “coronavirus”, que nada tiene de “pandemia”, se esconde el nivel supremo de la tiranía del dinero y la bancocracia mundial.

Como vemos, para ocultar que, hasta hoy, la historia es la historia de la lucha de clases, la burguesía mundial, está imponiendo una visión de la misma, basada en la vieja superstición histórica judeocristiana del “hombre”, “bueno por ser criatura de Dios”, permanentemente atacado por fantasmas invisibles, espectros mortuorios, virus diminutos…invariantemente producidos por el Mundo del Mal, el Diablo y sus agentes.

La superstición del contagio no es más que la modernización de lo diabólico trasmitiendo la maldad y haciendo que el poseído del diablo pueda diseminar lo diabólico a los otros seres ¡Lo que oculta la burguesía con esa concepción de la historia y definición de la religión llamada ciencia y/o medicina, es justamente el mundo real de la explotación, opresión, esclavitud…!

Desde nuestro punto de vista, como proletarios internacionalistas, lo importante es entonces saber que antes de hablar de una “pandemia” que existen dos concepciones contrapuestas sobre el origen de las mismas, una burguesa (esclavista, aristocrática, militarista, supersticiosa, religiosa, racista…) y otra proletaria (propia de los esclavos, los oprimidos, los reprimidos…) en donde toda “pandemia” se explica a partir de la explotación, opresión y terrorismo de Estado.

Lo que criticamos a los compañeros de Asamblea, luego de haber apoyado su comprensión clasista y proletaria de la Plandemia de “coronavirus”, afirmando que en realidad no es una pandemia sino un ataque opresivo y represivo de la bancocracia mundial, no mantengan la misma coherencia con respecto a las otras “pandemias” históricas y acepten la concepción burguesa y hasta la explicación de la ciencia médica actual (made in Rockefeller Fondation) sobre las “pandemias” en general y en particular, sobre la gripe española.

No, no es que estemos negando (lo que se puede probar fácilmente), que hubo grandes enfermedades “pandémicas” a través de la historia que llevaron a la muerte a millones de humanos, como la viruela, el sarampión, la fiebre amarilla, la varicela, la sífilis, las disenterías, malaria, beriberi, gripes, diarreas…, pues todo esas “enfermedades” reflejan sin dudas, diferentes síntomas en los que, efectivamente se constata la pérdida de la salud humana.

Lo que afirmamos es que toda esa catástrofe de síntomas y de signos de destrucción de la salud es provocada por la esclavitud, por la opresión, por la destrucción de las condiciones de vida (sana), por el terrorismo del Dinero y el Estado.

Y que la explicación burguesa actual, trata de disimular todo eso, construyendo la gigantesca mentira de que eran enfermedades causadas por tal o tal virus o bacteria que la gente se contagia que constituye el fundamento “histórico” de la medicina medicamentosa y vacunatoria de la aristocracia financiera hoy.

“Las pandemias no siempre son enfermedades epidémicas que, como el COVID-19 (SIC), se expanden letalmente por el planeta, por algunas regiones del mundo o países. Con frecuencia son ideológicas y políticas, sistemas de pensamiento, concepciones del mundo y de la vida. Como dice el escritor y pensador italiano, Humberto Eco: “Una pandemia mucho más extendida y peligrosa es el neofascismo” Para los pueblos indígenas amazónicos las pandemias más devastadoras han sido y son también el racismo, la xenofobia, el eurocentrismo, la colonialidad del poder y del saber, de acuerdo a Aníbal Quijano, que han instalado en la Amazonía sistemas de opresión y explotación esclavistas con miles de víctimas” [6]

Como muestra esta citación, incluso intelectuales que se tragaron la mentira del Covid 19 y creyeron en la historia de un virus que se “expande letalmente por el planeta”…reconocen que la visión histórica de explicar el genocidio por enfermedades que los explotados se contagian es una visión clasista de los opresores de siempre: “Pandémica es la visión extractivista, racista y colonialista que tienen las clases dominantes y el propio estado peruano sobre los pueblos indígenas amazónicos y la Amazonía”[7]


[1] Ver sitio en construcción de de Proletarios Internacionalistas https://pi.kilombo.top/ (ver también el sitio: “proletariosinternacionalistas.com”)

[2] Ver “LA BATALLA FINAL”, “Comunicado de Asambleas del Pueblo” emitido en Buenos Aires en julio 2021 http://www.postaportenia.com.ar/notas/11927/la-batalla-final/

[3] El trabajador “libre”, asalariado es, en la historia de la explotación capitalista, solo un subproducto derivado y de menor importancia histórica, pues en realidad, sigue siendo fundamentalmente un esclavo. Por eso, mientras los socialdemócratas siempre insistieron en lo que diferenciaba al trabajador libre del esclavo a secas, los revolucionarios insistieron en que el asalariado seguía siendo fundamentalmente un esclavo e impusieron la expresión “esclavo asalariado”, contra la mitología burguesa de los derechos democráticos y la “libertad” de vender su fuerza de trabajo.

[4] Si, “eslavos”…, porque tampoco debemos olvidar que el tráfico de esclavos en todo el mundo fue durante siglos de blancos y particularmente de blancos de origen “eslavos”, de adonde viene la palabra “esclavo”. Recordemos asimismo que durante cientos de años en Europa las zonas de caza de esclavos fue todo el sur europeo, en los territorios que hoy son España, Italia, Francia…

[5] https://es.mongabay.com/2020/03/pueblos-indigenas-coronavirus-america-latina/

[6] LAS PANDEMIAS, LOS PUEBLOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS Y LA “TIERRA SIN MAL” Róger Rumrill (http://proycontra.com.pe/las-pandemias-los-pueblos-indigenas-amazonicos-y-la-tierra-sin-mal/

[7] Róger Rumrill. Idem